1844 y el Juicio Investigador ¿Realidad
Bíblica
o ilusión sin base?
Fernando Rojas
Miranda
Introducción
La
enseñanza del Juicio investigador, sostenida únicamente por los Adventistas del
Séptimo Día, ha sido motivo de crítica y de burla tanto por no Adventistas como
por ex adventistas. Irónicamente se ha dicho que el Juicio Investigador es la
prostitución de la doctrina justificación por la fe.
La
doctrina del Juicio Investigador es de suma importancia para fe Adventista. Por
ello debemos comprenderla,
predicarla y defenderla. Dale
Ratzlaff, un ex adventista, crítico de nuestra doctrina, dijo que “eliminar las
doctrinas de la purificación del Santuario celestial y el juicio investigador
de la teología adventista, pondría en tela de juicio la inspiración y la
autoridad de los escritos de Elena G. de White, y la integridad de todo el
Movimiento Adventista”.[1]
Aunque es un renegado de nuestra iglesia; no obstante ha dicho una gran verdad.
Por otro lado, también, se ha mencionado que nuestra doctrina esta,
básicamente, basada en los escritos de Elena de White, por lo tanto no soporta
la investigación bíblica.
Asimismo,
comprender el juicio investigador nos ayudara a entender en
forma más completa la forma cómo opera el plan de salvación en nuestra vida.
Muchos cristianos se han quedado solamente con la cruz, que es sumamente
importante, sin ella obviamente no habría salvación, pero el ministerio sumo
sacerdotal de Cristo en el santuario celestial también es igual de importante
como la Cruz. La Cruz es el comienzo de la salvación pero la intercesión de
Cristo es la conclusión de la misma, en favor nuestro.
Enfatizar
solamente la cruz corremos el riesgo de minimizar el continuo ministerio
intercesor de Cristo; y enfatizar excesivamente el juicio Investigador y la
expiación corremos el riesgo de olvidarnos de la Cruz. Ambos aspectos tiene que
ir juntos.
Presuposiciones
básicas para negar el Juicio Investigador
Por la predestinación
La
predestinación es sostenida principalmente por San Agustín y defendida por
Calvino, donde, bajo la premisa del pre conocimiento de Dios, cada uno de
nosotros estamos determinados unos para salvación otros para perdición. En la
concepción calvinista en realidad no hay apostasía, porque finalmente el que se pierde en realidad nunca
se arrepintió verdaderamente. Esta enseñanza ha llevado a muchos cristianos a
creer que los que han aceptado la salvación están salvos para siempre. Por lo
tanto, no puede existir un juicio previo a la venida de Jesús porque cada uno
ya está determinada su salvación o su perdición. Pero esta forma de pensar es
una distorsión de la Palabra de Dios y su carácter y su obra mediadora de
Jesucristo en el Santuario celestial como la presenta el libro de Hebreos.
Además niega el libre albedrio que Dios mismo concedió a sus criaturas. Creer
en la predestinación es creer, implícitamente, que Dios es el responsable del
mal. No obstante, esto no es lo que enseña la Biblia. La misma se refiere
muchas veces que el hombre tiene que creer para ser salvo, dejando una
posibilidad de no aceptarlo, aunque no está contento con nuestro rechazo pero
lo acepta porque hay libertad. Por ejemplo veamos lo que dice Ezequiel 33:12-13
“La justicia del
justo no lo librará el día que se rebelare;… y el justo no podrá vivir por su
justicia el día que pecare. Cuando yo
dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere
iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su
iniquidad que hizo.”
Presuposición de que no estamos
seguros de nuestra salvación y
que necesitamos hacer algo para salvarnos
Los
adventistas siempre hemos creído y predicado que la salvación es solamente por
la fe desde el AT hasta el NT. Romanos 1:17 dice que el justo por la fe vivirá.
Nosotros confiamos en sus promesas de su salvación sin hacer obras meritorias.
Las obras son la experiencia de la salvación. En otras palabras un cristiano que
no hace buenas obras significa que no está experimentando la salvación por lo tanto
necesitamos hacer obras, no para salvación sino como la experiencia de vivir la
salvación. Ahora las obras son durante el proceso de la santificación, es
decir, una vez que el Señor me salva como un acto forense, ahora viene el
cambio de vida y eso es la santificación. Entonces
como diría
Alberto Treiyer “El
negar el juicio investigador implica la presunción de creer que no podemos caer
(Mat 24:13; 1 Cor 10:12), dormirse en un campo de batalla (Ef 6:10-18),
desconocer la naturaleza humana y la lucha entre el espíritu y la carne que
tendremos hasta que venga el Señor (Rom 8; 1 Cor 15:50-58), ignorar el proceso
de santificación que acompaña al de justificación y culmina en la glorificación
final (1 Cor
1:30; 1 Tes 4:3; Heb 12:10).”
El juicio
en Daniel
El libro de Daniel es muy
importante para entender el Juicio Investigador, sin él no podríamos comprender
a plenitud la fecha exacta del inicio.
En Daniel 2
Necesitamos
comprender las profecías del capítulo 2 porque sirven de base para interpretar
Daniel 7, 8 y 9 que son los capítulos en las cuales veremos el Juicio
investigador.
En
Daniel 2 se presenta el sueño de Nabucodonosor, rey de Babilonia, donde él
sueña una estatua muy grande con diferentes metales. La cabeza de oro, los
pechos de plata, el vientre de Bronce, las piernas de Hierro y los pies de una
mescla entre el barro y el hierro, finalmente el en sueño se muestra que una
piedra baja del cielo, cae en los pies y derrumba a la estatua. ¿Pero que
representa cada uno de estos elementos? El mismo texto lo explica. Daniel al
interpretar el sueño dice que Nabucodonosor es la cabeza de oro, y después le
dice que se levantara otro reino y así sucesivamente. Aunque no le da el nombre
de los imperios que representan las partes de la estatua; no obstante
históricamente es bien sabido que los reinos que sucedieron a Babilonia fueron:
los medos y los persas, los griegos, los romanos, europeos y finalmente el
reino de Dios. Esto quedaría de la siguiente manera:
El oro -------------Babilonia
Plata----------------los
Medo-Persia
Bronce
------------- Grecia
Hierro
---------------- Roma
Hierro/Barro
-------- Europa
Piedra
--------------- Segunda venida de Cristo.
Este
desfile de imperios es muy importante porque en Daniel 7 se vuelve a repetir
los mismos reinos representados por medio de animales. Es decir Daniel 2
formaría como un bosquejo general de algo que se amplía con más detalles en los
capítulos 7, 8, 9 y 11.
Otro aspecto importante aquí es
que el Hierro que simboliza a Roma llega hasta el tiempo del fin, es decir
hasta la segunda venida de Cristo.
Daniel 7
Clifford Goldstein señala que los
textos mas explícitos acerca del Juicio se encuentra en Daniel 7 por ello es
necesario estudiarlo con más detalle.
En esta ocasión ya no sueña el rey Nabucodonosor, sino el mismo Daniel y él sus sueños se
presentan cuatro bestias que eran diferentes la una de la otra. “La
primera era como un león y tenía alas
de águila”, “la segunda
bestia, semejante a un oso, estaba levantada de un costado, y en su boca, entre
sus dientes, tenía tres costillas”, la tercera “semejante a un leopardo que tenía sobre su
dorso cuatro alas de ave; la bestia tenía cuatro cabezas”, y la “cuarta bestia,
terrible, espantosa y en gran manera fuerte que tenía enormes dientes de hierro”
y mientras Daniel contemplaba la visión “he aquí, otro cuerno, uno pequeño,
surgió entre ellos, y tres de los primeros cuernos fueron arrancados delante de
él; y he aquí, este cuerno tenía ojos como los ojos de un hombre, y una boca
que hablaba con mucha arrogancia. ¿A quienes representan estas bestias? El
mismo texto lo explica.
[1]Dale Ratzlaff, The Cultic Doctrine of Seventh-day
Adventists (Glendale, Arizona: Life Assurance Ministries, 1996), 13.
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